Aunque pueda parecer imposible, la mayoría de tutores de felinos domésticos no saben cómo acariciar un gato. Muchos se sorprenden al observar que su felino reacciona de forma "inesperada" mediante un mordisco o un arañazo justo en medio de una sesión relajante. No obstante, muchos han sido advertidos sin saberlo.
En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos cómo acariciar un gato de forma adecuada, positiva y segura. Hablaremos de las zonas favoritas del cuerpo de los felinos, del lenguaje corporal de los gatos o de cómo realizar una sesión correctamente, prestando siempre atención al bienestar. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo se debe acariciar un gato?
El gato doméstico (Felis silvestris catus) es, al igual que otros felinos salvajes, un animal solitario. No obstante, la domesticación ha fomentado notablemente la conducta social de esta especie. Eso significa que un gato puede ser más o menos tolerante, dependiendo de la genética, la socialización y las experiencias vividas.
También debemos saber que a los gatos les desagrada la manipulación excesiva, por ello, aprender a interpretar el lenguaje felino es clave si queremos conocer mejor a nuestro gato, identificar su umbral de tolerancia y tener unas expectativas adecuadas a la hora de relacionarnos con él.
Algunas de las señales de que un gato está feliz son:
¿Cómo acariciar a un gato para que se duerma?
Muchas personas se preguntan cómo acariciar a un gato bebé para que se relaje y se duerma plácidamente. Recordemos que el sueño es uno de los hábitos más importantes para los felinos, especialmente en sus primeras etapas, pues de ello depende un correcto aprendizaje y bienestar.
Para relajar un gato y lograr que llegue a dormirse lo ideal es proporcionarle caricias suaves y largas. Además, debemos proporcionarle pausas para que el organismo deje de estar estimulado y pueda empezar a descansar, hasta que finalmente nos detendremos. El calor, el silencio o la música suave también son claves para que el felino se duerma.
Beneficios de acariciar un gato
Para terminar este artículo acerca de cómo acariciar un gato debíamos mencionar los diversos beneficios que supone relacionarnos con un felino y acariciarle. Según diversos estudios acariciar un gato afecta de forma positiva a nuestro estado de salud, reduciendo en un 30% el riesgo de ataque al corazón.
Así mismo, el impacto en nuestro organismo es sorprendente. Las personas que acarician gatos regularmente afirman comunicarse mejor, tener una mayor capacidad de concentración y ser más comprometidas. También aseguran que impacta en el estado de ánimo y que disminuye la ansiedad.
Así pues, existen muchos motivos por los que debemos acariciar a nuestros gatos, tanto para nuestro bienestar como para el suyo.
En este artículo de ExpertoAnimal explicaremos cómo acariciar un gato de forma adecuada, positiva y segura. Hablaremos de las zonas favoritas del cuerpo de los felinos, del lenguaje corporal de los gatos o de cómo realizar una sesión correctamente, prestando siempre atención al bienestar. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo se debe acariciar un gato?
El gato doméstico (Felis silvestris catus) es, al igual que otros felinos salvajes, un animal solitario. No obstante, la domesticación ha fomentado notablemente la conducta social de esta especie. Eso significa que un gato puede ser más o menos tolerante, dependiendo de la genética, la socialización y las experiencias vividas.
También debemos saber que a los gatos les desagrada la manipulación excesiva, por ello, aprender a interpretar el lenguaje felino es clave si queremos conocer mejor a nuestro gato, identificar su umbral de tolerancia y tener unas expectativas adecuadas a la hora de relacionarnos con él.
Algunas de las señales de que un gato está feliz son:
Postura corporal relajada
Orejas erguidas
Cola y cabeza levantadas
Caminar seguro
Cola "vibrando"
Cuando identifiques estas posturas corporales sabrás que tu gato se encuentra relajado, receptivo y listo para ser acariciado. No obstante, tu también deberás proporcionarle confianza ofreciéndole un ambiente relajado, utilizando un tono de voz agudo y suave o realizando aproximaciones lentas y progresivas.
Así mismo, será fundamental dejar que el gato tome la iniciativa a la hora de empezar una sesión de caricias. Seguiremos atentos a su lenguaje corporal para advertir cualquier síntoma de desagrado y dejaremos que el gato se marche, es decir, que él mismo decida cuándo finalizar la sesión de caricias. Nunca nos excederemos, sino que respetaremos siempre sus límites.
Orejas erguidas
Cola y cabeza levantadas
Caminar seguro
Cola "vibrando"
Cuando identifiques estas posturas corporales sabrás que tu gato se encuentra relajado, receptivo y listo para ser acariciado. No obstante, tu también deberás proporcionarle confianza ofreciéndole un ambiente relajado, utilizando un tono de voz agudo y suave o realizando aproximaciones lentas y progresivas.
Así mismo, será fundamental dejar que el gato tome la iniciativa a la hora de empezar una sesión de caricias. Seguiremos atentos a su lenguaje corporal para advertir cualquier síntoma de desagrado y dejaremos que el gato se marche, es decir, que él mismo decida cuándo finalizar la sesión de caricias. Nunca nos excederemos, sino que respetaremos siempre sus límites.
¿Dónde acariciar un gato?
Ahora que ya conoces algunas premisas básicas, te explicaremos cómo acariciar un gato correctamente, mostrándote las que suelen ser las zonas favoritas del cuerpo de los felinos. Aún así, deberás reservar algo de tiempo cada día para conocerle mejor, pues cada gato tiene sus propias preferencias.
Empezaremos ofreciéndole caricias largas, suaves y a favor del pelo, nunca a contrapelo. Lo ideal es seguir siempre la misma dirección y evitar palmearle, darle golpes o pellizcos, aunque la intención sea buena. En estas primeras sesiones debemos ser lo más cuidadosos y afectuosos posibles.
Empezaremos por la cabeza, "peinando" con las yemas de los dedos la parte superior de la cabeza y la nuca. También podemos masajear la zona superior y media de la espalda, empezando por las escápulas y terminando cerca de las vértebras torácicas. Así mismo, podemos rascar suavemente las mejillas y la parte inferior de la barbilla, aunque estas zonas pueden estar reservadas para aquellas personas más cercanas.
Evitaremos acariciar la barriga, la cola, las patas o las almohadillas. Estas zonas no suelen agradarles y es muy probable que observemos señales de desagrado al tocarlas. En el caso de ignorarlas el gato puede empezar a subir la intensidad de las advertencias, mediante un arañazo o mordisco.
Algunas de las señales de un gato enfadado son:
Ahora que ya conoces algunas premisas básicas, te explicaremos cómo acariciar un gato correctamente, mostrándote las que suelen ser las zonas favoritas del cuerpo de los felinos. Aún así, deberás reservar algo de tiempo cada día para conocerle mejor, pues cada gato tiene sus propias preferencias.
Empezaremos ofreciéndole caricias largas, suaves y a favor del pelo, nunca a contrapelo. Lo ideal es seguir siempre la misma dirección y evitar palmearle, darle golpes o pellizcos, aunque la intención sea buena. En estas primeras sesiones debemos ser lo más cuidadosos y afectuosos posibles.
Empezaremos por la cabeza, "peinando" con las yemas de los dedos la parte superior de la cabeza y la nuca. También podemos masajear la zona superior y media de la espalda, empezando por las escápulas y terminando cerca de las vértebras torácicas. Así mismo, podemos rascar suavemente las mejillas y la parte inferior de la barbilla, aunque estas zonas pueden estar reservadas para aquellas personas más cercanas.
Evitaremos acariciar la barriga, la cola, las patas o las almohadillas. Estas zonas no suelen agradarles y es muy probable que observemos señales de desagrado al tocarlas. En el caso de ignorarlas el gato puede empezar a subir la intensidad de las advertencias, mediante un arañazo o mordisco.
Algunas de las señales de un gato enfadado son:
Postura corporal tensa
Orejas hacia atrás
Cola erizada
Cola dando "golpes"
Cola muy rápida
Movimientos rápidos
Manto erizado
Cuerpo arqueado
Cola erizada
Boca abierta
Bufidos
Gruñidos
Si observamos cualquiera de las señales mencionadas nos detendremos inmediatamente. No obstante, debemos tener en cuenta que nunca es aconsejable que el gato llegue a mostrarlas. Por ello, lo ideal es que poco a poco identifiquemos cuál es el límite de tolerancia del gato y que nunca intentemos sobrepasarlo.
En nuestras sesiones de caricias intentaremos proporcionar siempre una experiencia positiva, prestando mucha atención al bienestar del gato y a su lenguaje corporal.
Orejas hacia atrás
Cola erizada
Cola dando "golpes"
Cola muy rápida
Movimientos rápidos
Manto erizado
Cuerpo arqueado
Cola erizada
Boca abierta
Bufidos
Gruñidos
Si observamos cualquiera de las señales mencionadas nos detendremos inmediatamente. No obstante, debemos tener en cuenta que nunca es aconsejable que el gato llegue a mostrarlas. Por ello, lo ideal es que poco a poco identifiquemos cuál es el límite de tolerancia del gato y que nunca intentemos sobrepasarlo.
En nuestras sesiones de caricias intentaremos proporcionar siempre una experiencia positiva, prestando mucha atención al bienestar del gato y a su lenguaje corporal.
¿Cómo acariciar a un gato para que se duerma?
Muchas personas se preguntan cómo acariciar a un gato bebé para que se relaje y se duerma plácidamente. Recordemos que el sueño es uno de los hábitos más importantes para los felinos, especialmente en sus primeras etapas, pues de ello depende un correcto aprendizaje y bienestar.
Para relajar un gato y lograr que llegue a dormirse lo ideal es proporcionarle caricias suaves y largas. Además, debemos proporcionarle pausas para que el organismo deje de estar estimulado y pueda empezar a descansar, hasta que finalmente nos detendremos. El calor, el silencio o la música suave también son claves para que el felino se duerma.
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¿Cómo acariciar un gato arisco?
Son muchas las personas que se preguntan cómo hacer que un gato se deje acariciar. No obstante, como hemos mencionado anteriormente, una de las claves para lograr que esta rutina sea positiva y respetuosa es permitir que sea el propio felino el que la inicie y la termine.
En ningún caso debemos castigar o regañar a un gato que no desea ser acariciado. De hecho, si observamos que nuestro gato se deja acariciar menos, se muestra agresivo, asustado o rechaza la manipulación, debemos sospechar que existe un problema relacionado con el estrés.
Tampoco debemos tocar al gato cuando está relajado, dormido o distraído, pues cuando el gato no quiere ser acariciado y nosotros le forzamos estamos generando una situación de estrés innecesario. Tampoco realizaremos movimientos bruscos o retiraremos la mano de golpe.
En los gatos tímidos, asustadizos o con problemas de agresividad la manipulación debe ser siempre suave, positiva y gradual. Evitaremos las "zonas prohibidas" y utilizaremos el refuerzo positivo para positivizar la situación. Para ello podemos reforzar con la voz, mediante un "muy bien" u ofrecer golosinas para gatos.
En los casos más graves puede ser necesario consultar con el veterinario pautas de manejo y la opción de utilizar feromonas apaciguadoras para mejorar el bienestar del felino dentro del hogar. Es importante destacar que el estrés, especialmente cuando hablamos de estrés crónico, puede llegar a afectar incluso a la salud del individuo.
Son muchas las personas que se preguntan cómo hacer que un gato se deje acariciar. No obstante, como hemos mencionado anteriormente, una de las claves para lograr que esta rutina sea positiva y respetuosa es permitir que sea el propio felino el que la inicie y la termine.
En ningún caso debemos castigar o regañar a un gato que no desea ser acariciado. De hecho, si observamos que nuestro gato se deja acariciar menos, se muestra agresivo, asustado o rechaza la manipulación, debemos sospechar que existe un problema relacionado con el estrés.
Tampoco debemos tocar al gato cuando está relajado, dormido o distraído, pues cuando el gato no quiere ser acariciado y nosotros le forzamos estamos generando una situación de estrés innecesario. Tampoco realizaremos movimientos bruscos o retiraremos la mano de golpe.
En los gatos tímidos, asustadizos o con problemas de agresividad la manipulación debe ser siempre suave, positiva y gradual. Evitaremos las "zonas prohibidas" y utilizaremos el refuerzo positivo para positivizar la situación. Para ello podemos reforzar con la voz, mediante un "muy bien" u ofrecer golosinas para gatos.
En los casos más graves puede ser necesario consultar con el veterinario pautas de manejo y la opción de utilizar feromonas apaciguadoras para mejorar el bienestar del felino dentro del hogar. Es importante destacar que el estrés, especialmente cuando hablamos de estrés crónico, puede llegar a afectar incluso a la salud del individuo.
¿Cómo acariciar un gato callejero?
Para empezar debemos diferenciar los dos tipos de "gatos callejeros" que existen: los gatos ferales (que nunca han socializado con el ser humano) y los gatos abandonados (que han pertenecido a una familia). Los primeros nunca aceptarán la convivencia y el contacto con las personas, mientras que los segundos sí pueden llegar a relacionarse de forma positiva.
Empezaremos dejando que el gato olfatee nuestra mano para que pueda identificarnos y, de esta forma, sentirse más cómodo en nuestra presencia. Si no demuestra interés no forzaremos la situación y buscaremos un momento más propicio para relacionarnos con él. Una vez más nos fijaremos en su lenguaje corporal.
Si observamos señales positivas, por ejemplo que se frota contra nosotros o que demanda atención, entonces podemos intentar acariciarle con precaución, suavidad y movimientos lentos. Así mismo, cuidado si identificamos un ligero ronroneo, aunque generalmente es una señal de bienestar y agrado, también puede significar que el gato no se siente totalmente cómodo.
Para empezar debemos diferenciar los dos tipos de "gatos callejeros" que existen: los gatos ferales (que nunca han socializado con el ser humano) y los gatos abandonados (que han pertenecido a una familia). Los primeros nunca aceptarán la convivencia y el contacto con las personas, mientras que los segundos sí pueden llegar a relacionarse de forma positiva.
Empezaremos dejando que el gato olfatee nuestra mano para que pueda identificarnos y, de esta forma, sentirse más cómodo en nuestra presencia. Si no demuestra interés no forzaremos la situación y buscaremos un momento más propicio para relacionarnos con él. Una vez más nos fijaremos en su lenguaje corporal.
Si observamos señales positivas, por ejemplo que se frota contra nosotros o que demanda atención, entonces podemos intentar acariciarle con precaución, suavidad y movimientos lentos. Así mismo, cuidado si identificamos un ligero ronroneo, aunque generalmente es una señal de bienestar y agrado, también puede significar que el gato no se siente totalmente cómodo.
Beneficios de acariciar un gato
Para terminar este artículo acerca de cómo acariciar un gato debíamos mencionar los diversos beneficios que supone relacionarnos con un felino y acariciarle. Según diversos estudios acariciar un gato afecta de forma positiva a nuestro estado de salud, reduciendo en un 30% el riesgo de ataque al corazón.
Así mismo, el impacto en nuestro organismo es sorprendente. Las personas que acarician gatos regularmente afirman comunicarse mejor, tener una mayor capacidad de concentración y ser más comprometidas. También aseguran que impacta en el estado de ánimo y que disminuye la ansiedad.
Así pues, existen muchos motivos por los que debemos acariciar a nuestros gatos, tanto para nuestro bienestar como para el suyo.
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Artículo original https://www.expertoanimal.com/como-acariciar-un-gato-24154.html
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